lunes, 5 de diciembre de 2011

Gritos, gritos y más gritos


Cada día a media tarde viene a casa un búho grande que se posa sobre las placas solares situadas arriba del depósito de agua del centro.
Desde que llega todos los niños se juntan alrededor del depósito y empiezan a gritar muy fuerte diferentes insultos, desde los menos duros hasta los más duros. El primer día salimos corriendo para ver por qué se estaban peleando y deseando la muerte. No había pelea y nos entramos. Al día siguiente a la misma hora ocurrió lo mismo, salimos y preguntamos por que tanto jaleo. Ellos nos gritaban algo que nosotros
no entendíamos y nosotros le pedíamos algo que también era inentendible para ellos.
Al tercer día ocurrió lo mismo. Al cuarto día se repitió de nuevo la situación. Varios días más tarde nos llamaron para explicarnos porqué no podían dejar de gritar ni de retirarse de alrededor del depósito de agua.
Resulta que cuando el búho se posa sobre las placas solares comienza a llorar. Si llora, un niño de Bayaka va a morir. Entonces ellos tienen que encargarse de que no llore y que además se marche lo más pronto posible de nuestra casa.
Les preguntamos quién les ha contado esa historia para intentar explicarles que el sonido del búho no tiene relación con ninguna desgracia. Nos responden con la entonación de una cosa evidente que se lo han dicho sus abuelas, o ¿es que nosotros no tenemos abuela que nos haya contado eso?

…ah!ah!ah! ¡Claro, siendo así…! Cada atardecer los niños de Bayaka gritan al búho todo tipo de insultos tratando de protegerse entre ellos.

Si vienes a Bayaka y escuchas a un grupo de niños gritando y haciendo mucho ruido no te asustes, es el búho que nos visita.

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