…es el rincón destinado a la misión del Chad y antes de comenzar a hablar de qué significa la relación MIES-CHAD no podemos olvidar como llegamos a este punto. Queremos contar un poco de la historia de esta misión.
Llegar a Chad es llegar al corazón de África en todos sus sentidos,
pues este es un país enclavado entre otros grandes países africanos con
los que limita, por supuesto que no tiene salida al mar y la propia
entrada o salida del país es compleja por las dificultades de
comunicación. Actualmente sólo tiene una carretera asfaltada que recorre
todo el país, el resto son caminos de tierra que en época de lluvias
quedan prácticamente intransitables. Si llegamos a Ndjamena, la capital
del país, la única carretera asfaltada nos llevará directos hasta Kelo.
Esta “ciudad” es grande dentro del concepto de ciudad chadiana, nada que
ver cuando hablamos de ciudad en Europa. Kelo es un cruce de caminos,
pues la carretera que nos trae hasta aquí va hacia Mondou, capital
económica del país, y esto favorece el comercio, el transporte y el
movimiento de gente.
De
aquí pues que podamos comprender que dentro del carácter rural que
tiene todo el país, en Kelo las condiciones son mejores por este último
factor, hay más comercios con diversidad de productos, gente de
diferentes puntos y la mentalidad es algo más abierta. Encontramos un
hospital relativamente grande, colegios, un instituto público y medios
de transporte hacia las grandes ciudades etc.
Hace
solo 75 años llegan los primeros misioneros a la región de la Tandjilé,
son los padres del Sagrado Corazón. Como veis la evangelización es
totalmente joven. Estos primeros misioneros construyen la misión
católica creando iglesias, colegios, centros de salud, forman a la gente
en carpintería, sastrería o mecánica. Aprenden varias de las lenguas habladas en la región y así forman las primeras comunidades cristianas.
Son pocos y tendrán que atender regiones muy extensas separados unas de otras por grandes distancias con caminos de tierra o divididas por ríos.
Veinticinco años más tarde, es decir hace 50 años, llegan los padres Capuchinos canadienses a Kelo y es
tan solo hace 13 años (1998) cuando se crea la diócesis de Laï, a la
que pertenecemos, encabezada por Miguel Ángel Sebastian, misionero
comboniano español que formaba parte de esta iglesia desde hacía más de
20 años.
En el año 2010 celebramos la llegada de los primeros misioneros agradeciendo la iglesia que habían construido en sentido físico y humano.
En
este contexto de primera evangelización llegan las monjas capuchinas
canadienses que entre otras muchas cosas atenderán a los leprosos, que
en ese momento son muchos. El jefe del cantón les
cederá unos terrenos en Bayaka (a 7 km. de kelo) para construir el
lugar donde acogerán a los enfermos. Tras unos años de mucho trabajo
consiguen erradicar prácticamente la lepra y llegan a cerrar la
leprosería. Será otra congregación la que llegue a la Tandjilé para
encargarse de darle vida a la antigua leprosería abriendo un centro de
formación de catequistas que pronto se quedará pequeño y habrá que
construir otro más adaptado. De nuevo el Centro de Bayaka volverá a
estar vacío.
Llegamos al año 2007 y de nuevo la Iglesia sale al encuentro de los más necesitados de cada momento y situación tras
conocer por un estudio realizado por UNICEF que solo en la ciudad de
Kelo hay más de 3800 niños huérfanos que viven en unas condiciones de
vulnerabilidad social y económica grave. Son numerosos los niños que
comienzan a vivir en la calle o que son víctimas del tráfico infantil y
ante este clamor la diócesis de Lai se dispone a dar una respuesta
integral a esta gran problemática.
Paralelo a esta situación de sufrimiento, Mies en España siente una
llamada a abrirse a África, a dar respuesta a una misión nueva.
¿Creéis? ¿Estáis dispuestos? ¿Me seguís?
Es en este momento cuando Miguel
Ángel Sebastian consigue aunar la aportación económica del Gobierno de
Aragón y Acción Social Católica de Zaragoza, la cesión de terrenos por
parte del jefe de cantón (20ha.), junto a la
antigua leprosería de Bayaka y el compromiso de MIES para aportar el
personal que coordine y de una espiritualidad a este naciente proyecto.
Entre 2008 y 2010 se realiza la construcción y equipamiento de lo que será el CENTRO EDUCATIVO CHARLES LWANGA de BAYAKA, hoy misión MIES en el CHAD.
Con
mucha ilusión y esperanza este Centro, proyecto y misión abre sus
puertas el 2 de octubre de 2010, y ya hemos festejado su primer año de
andadura
Estamos
sentados bajo el mango que las monjas canadienses sembraron en aquella
leprosería, en frente tenemos las casas donde se alojaron los
catequistas y a unos metros nuestro hogar, el Centro Educativo Charles
Lwanga. Nos sentimos parte de los primeros evangelizadores,
continuadores de la misión de sembrar el Reino de Dios en la Tandjilé y
enviados a liberar integralmente a cada niño o joven cualquiera que sean
sus condiciones, especialmente a aquellos que sufren peores
dificultades.
Nuestra
certeza es ser constructores de un futuro de esperanza para estos niños
con los que hoy formamos familia y camino de evangelización en esta
joven iglesia de la Tandjilé.
Bajo el mango, la familia de Bayaka se despide hasta el próximo encuentro.
Sergio, Pili y los 30 niños del Centro Educativo Charles Lwanga.
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