jueves, 18 de noviembre de 2010

La llegada de los niños y la inauguración del centro


En un hueco libre mientras los niños están en clase aprovecho para contaros algunas de las muchas cosas que me gustaría compartir con vosotros.
Hace ya casi un mes que comenzó a funcionar nuestro centro. El día uno de octubre, desde por la mañana bien temprano comenzaron a llegar niños procedentes de todos los rincones de la Tandjilé. Vinieron acompañados de un cura, una monja, un catequista, algún familiar o simplemente algún vecino que hasta el momento les cuidaba. Para algunos llegar hasta aquí supuso hacer muchos kilómetros en bicicleta o a pié, pues en Chad no existen medios de transporte público. Mika nos contaba que tuvo que andar 40 km hasta llegar a Laï donde el obispo le esperaba para traerlo aquí.
El equipaje bastante simple, consistía en la mayoría de los casos en una bolsa de plástico en la que guardaban otro pantalón, algo usado y tampoco muy limpio, y una camiseta para poder cambiarse. Otros muchos niños llegaron con lo puesto.
A cada uno se les repartieron unas sábanas, un cubo para lavarse, una pastilla de jabón y un cepillo de dientes.
Ese día sólo tuvieron la comida de la tarde, como es normal para la mayoría de los chadianos. Los próximos días tendrán tres, desayuno, almuerzo y cena. El menú consiste en una bola echa de arroz, mijo o maíz acompañada de una salsa que se prepara con distintas hojas, bien de espinacas, de mandioca, de habichuelas, de osey..
A la caída de la tarde algunos comenzaron a llorar, los motivos… resultan difíciles de entender y de explicar, pues hablan hasta ocho lenguas diferentes y apenas nada de francés.

Para los niños sería una noche especial, y es que les esperaban unas casas de ladrillo de estructura similar a las construcciones típicas del Chad, forma circular, con cama y colchón a estrenar. En Chad es rara la persona que tiene un colchón para dormir, existen unas esteras hechas de palmera tradicional que cuando está seca es fácil de trenzar, y esto se estira en el suelo. Si en alguna casa existiera un colchón para dormir, nunca éste será para el niño.
Por fin llegó la hora del reposo, que aunque eran sólo las 21:30h. todos estábamos agotados y la noche exigía descansar para el gran día que nos esperaba mañana.
Al menos hoy hemos conseguido nuestro objetivo, hacer afortunados a los más desheredados de la tierra.
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El día 2 de octubre amanece a las 5.00h. Los niños comienzan a despertarse cuando aparece el sol y en el centro huele a fiesta, hoy celebramos la inauguración. Son muchos los preparativos que hay que tener listo para la llegada de las autoridades, nos falta tiempo, nos faltan manos y nos sobran tareas pero desde luego, en medio de este barullo los niños comienza a darnos vida. Para muchos de ellos llegar a un sitio en el que hay un pozo cerca de la casa y varios grifos donde poder coger agua es más que un tesoro, ¿qué imagináis que han hecho nada más bajarse de la cama? Pues lavarse desde arriba hasta abajo, lavar la ropa, las sábanas, las chanclas…todo.¡ Hay agua, y eso es un tesoro!
Pronto comienzan a llegar las autoridades, el obispo, el prefecto, el subprefecto, el jefe de cantón, la policía, el ministro de asuntos sociales, educación y familia y el profesor.
La ceremonia de inauguración es bastante emotiva, atrás quedaban varios años de trabajo para conseguir todo lo necesario para poner en marcha un centro de estas cualidades, es decir, subvenciones, proyectos, ayudas exteriores, las personas que hoy trabajamos en él y al lado de todo lo material y económico muchísimas ilusiones.
Especialmente significativo fue la mención por parte de las autoridades, musulmanas en su mayoría, de la respuesta tan grande que la iglesia católica daba cada día a las situaciones más difíciles que se vivían en Chad. ¿Cuál es el valor de nuestra respuesta cuando los que tienen una situación tan difícil entregan tanto?
Comprometerse en la creación de un centro educativo para huérfanos en Chad es realmente estar sobrado de esperanza, de humanidad, de coraje…y es que estamos en el quinto país más pobre del mundo, donde sólo en la ciudad de Kelo hay más de 3000 niños que viven en situación de vulnerabilidad extrema porque alguno de sus padres o los dos han muerto, porque no pueden ir al colegio, porque no tienen más comida que la que cada día pueden conseguirse por sus propios medios, porque las enfermedades apenas son tratadas y por si fuera poco el tráfico de niños en nuestra ciudad es una cruda realidad. Por el momento este es el único centro dedicado a los niños que existe en toda la región
Hoy damos gracias a todas las personas que han colaborado, bien con una gran aportación o con la pequeña acción que les correspondía. Siguen haciendo falta muchos “SÍ” para cambiar la difícil realidad de los niños/as.
En medio de una ceremonia plagada de protocolos, formalismos y autoridades lo mejor de todo es cuando Miguel Ángel Sebastián va a leer su discurso y ve que lo ha dejado en casa.
La ceremonia finaliza con la bendición del centro de manos de Miguel Ángel Sebastián acompañado por los niños.
A continuación llega la comida. Para nosotros es un momento de rabia, pues nuestros protagonistas son los niños… y ellos hoy deben de ser los últimos en comer. Primero las autoridades más importes, después las secundarias, el resto de invitados y finalmente los niños. El menú también ha sido distinto según el rango. Para compensar los niños hoy tendrán un refresco para la bola.

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