miércoles, 8 de mayo de 2013

Después de mucho tiempo sin escribir

Un calor asfixiante me despierta de la siesta y me pregunto: ¿Todo lo que estamos sudando en estos últimos días cuenta como horas en una sauna? De pronto una idea me viene a la cabeza y como diríamos en Andalucía me digo hace “millones de días que no escribimos en el blog.” Por cierto, desde las vacaciones de Navidad, y ya estamos en
Pascua.  Uf! ¡Cuántas cosas que no os hemos contado! Empezando por lo más antiguo, en Navidad nos volvieron a visitar nuestros padres. Una suerte eso de vivir momentos importantes de la misión, con la familia. Además de una ocasión para ponerse al día de
cómo está la familia y los amigos del pueblo,  pues  en el mes que estuvieron dio tiempo a preguntar por cada uno de vosotros. Quién se casó, los niños que nacieron, como van cambiando las viñas, el pueblo etc. También muy especial fue  el aire fresco que siempre nos traen nuestros “enganchados” con sus cartas, noticias, fotos, regalos etc. ¡Os queremos!




Con alegría debemos contar las campañas solidarias realizadas en Navidad a favor del Centro de Bayaka y ahí están la recogida de material escolar, el pasacalles de villancicos, las actividades de los amigos de Salamanca, Villarobledo y Cartagena. Gracias a todos los que sentís vuestra esta misión y permitís que, aquí en Chad, podamos hacer este trabajo con los niños. Justo en el aeropuerto de Ndjamena dejamos a la familia y recogimos Alex, un Ingeniero Agrónomo Sin Fronteras de Madrid, que pasó un mes en Bayaka estudiando el terreno de cultivo para ver cómo se pueden
mejorar las posibilidades de rendimiento de esta tierra. Entre los chadianos causó sorpresa su pelo largo preguntándose si era niño o niña el blanco que había llegado. Con Alex  aprovechamos para viajar hasta Sahr al oeste del país y conocer algunas experiencias de cultivo que hasta el momento no habíamos tenido oportunidad de visitar, compartimos el gusto por las buenas comidas,  las sobremesas, una copa
al caer la noche, una buena serie y sobre todo la ilusión  por dar lo mejor de cada uno allí donde sea necesario. Fruto de su estancia en Bayaka el Centro cuenta con un estudio
agrícola profesional, bien trabajado y cotejado con empresas españolas de análisis del terreno, riego, abonado, etc…, así como un proyecto agrícola integral para la mejora de la huerta, la granja y el terreno de cultivo.  Todo esto ha sido posible gracias a la financiación de los amigos de Acción Social Católica de Zaragoza y es que esta familia
maña se está entregando sin cuestionar esfuerzos y quiere hacer de Bayaka una verdadera explotación agrícola y ganadera que pueda sostener el proyecto que ellos mismos financiaron ya en sus inicios.
 

De nuevo hicimos un cambio, y es que una vez que Alex se marchó nos visitaba Lola y Elena como parte del equipo de Manos Unidas para Àfrica Central. Su visita se debe a una demanda para la subvención de un proyecto en la que venimos trabajando duro desde hace ya unos cuantos de meses. Estamos seguros de la alegría de los niños, los
frutos de su trabajo en la escuela, el huerto y los talleres, así como el ambiente especial de Bayaka no dejarían indiferentes a estas dos madrileñas que próximamente deberán defender el proyecto ante una exigente comisión.


 
Finalizando los días de “frio o de invierno africano” comenzó la estación de anacardos. Ese fruto tan extraño del que en España sólo suele conocerse la pipa que hay dentro del hueso. Aquí os dejamos una foto para que veáis su peculiaridad.

 
Parejo al ir y venir de los niños y la vida en el Centro, tenemos la experiencia de formación de agricultores locales que se viene llevando a cabo en el Centro de Formación que hay junto al centro de niños. Aquí 40 agricultores de toda la región se forman sobre técnicas mejoradas para el cultivo y sobre todo intentan retar al clima
haciendo un huerto “contra estación”, es decir cuando la tierra está más seca y más calor hace.

 
…y junto a todas estas experiencias no podemos dejar de contaros qué pasa cuando se te rompe el coche y en todo el país ni en los países vecinos más desarrollados hay piezas para arreglarlo.  Es lo que sucede con nuestro Nissan Navara que donaron unas monjas belgas y para el que no existen recambios ni en Chad, ni Camerún ni tampoco Dubay.
Imaginad lo que significa esperar una pieza que tiene que venir de Japón o de Bélgica en medio de este mercado y sistema de comunicaciones y transporte. Casi hemos olvidado la cuenta pero ya van más de dos meses sin medio de transporte propio. Ahí que nos está tocando cultivar la paciencia para esperar las cosas y el ingenio para
aprovechar los transportes y viajes de todo el que se acerca a Bayaka. Experiencias que nos van transformando y que sólo en medio de este escenario pueden entenderse.
 
Nos despedimos prometiendo  escribiros pronto y contaros nuevas vivencias. 
Con cariño Sergio, Pili y los 38 niños de Bayaka