jueves, 20 de octubre de 2011

La vuelta al cole de un niño chadiano


Es el momento de la vuelta al colegio, aún no se sabe el día exacto, ya nos irán diciendo cada colegio qué día comienza. Ahora la lluvia se está marchando, es el tiempo de recoger la cosecha. Cuando se recoja el mijo, ya se tendrán unos palos largos que servirán para hacer la estructura de las dos o tres aulas que tendrá el colegio. Una vez formada la estructura se cubrirán con unos entretejidos de una especie de paja y finas ramas secas para hacer las paredes. Al comienzo de la estación húmeda las escuelas serán desmontadas porque los palos del mijo y las esteras de paja ya estarán muy desechas. Además de esto es el momento de trabajar el campo y todos, niños y grandes, deben coger la azada para labrar la tierra que les permitirá comer durante toda la estación seca.

No sólo la estación de lluvias condiciona el ritmo de la escuela, sino que ésta está también marcada por las huelgas de profesores, las múltiples fiestas nacionales que el presidente decreta de un día para otro, o los diferentes asuntos personales que el profesor tenga que resolver en horario escolar. Sumad a esto lo que os contábamos hace uno días del nivel de formación tan bajo que tienen los propios profesores.

El rol de los profesores tampoco es fácil, pues el estado les pagará una cantidad tan pequeña que no alcanzará ni para cubrir los gastos mínimos para alimentar a la familia. Los materiales didácticos y pedagógicos con los que puede preparar e impartir sus clases son nulos. Una tiza y una pizarra. No hay nada para formarse, ni tampoco nada para impartirla. Como comprenderás no existen los problemas de compatibilidad entre una versión de Word y otra más moderna, el ordenador no se quedará sin batería, y el programa no tendrá la última versión.

Fruto de un ambiente que no favorece la escuela y la educación, y donde las condiciones de pobreza son extremas, no hay que decir que por supuesto los niños llegarán sin desayunar .

Ni el mobiliario, ni las estructuras, ni la formación de los profesores o el absentismo laboral servirán de freno al alto precio que hay que pagar por estar escolarizado.

En primer lugar están los gastos para montar la escuela (sueldos de los que la preparan y los materiales que obligatoriamente haya que comprar). A continuación hay que pagar los gastos de inscripción y después comprar el material. Una suma que mucha gente del pueblo chadiano encuentra muchas dificultades para poder cubrir.

De esas cosas que te indignan mucho y hasta necesitarías gritar un poco más, quieres revelarte de porqué es tan difícil para estos niños chadianos estar escolarizados.

Hoy llegaba a casa Alexandre, viene a quedarse durante el curso escolar en casa de Andrés, uno de los trabajadores que viven el Centro. Aquí en Bayaka tendrá cerca el colegio, pero ¿cómo hará para cubrir esos gastos si es un pequeño de tan solo 8 años? Pues aquí no han llegado aún las ofertas del CorteInglés ni los bonos de la Juanta. Aquí es donde el ingenio del niño se alió con la necesidad y se le ocurrió vender el pollo que sus padres le habían dado para disminuir los gastos que ocasionaría en casa de Andrés.

Mientras saboreamos el muslo de este pollo de talla “S” reflexionamos sobre todas las dificultades que Alexandre y muchos niños de Chad encuentran para aprender a leer y a escribir.

Hoy nos sigue dejando inquietos la situación de analfabetismo de este país. Nos preguntamos para cuándo el objetivo a la educación primaria universal…

Como diría A.Machado , “se hace camino al andar”.

Mientras la realidad de la educación nos sigue impactando, seguiremos empeñados en mejorar estas condiciones educativas.

martes, 11 de octubre de 2011

Un viaje de trabajo



¿Cómo podríamos explicar las condiciones de un viaje de trabajo aquí en Chad? Habría que empezar por definir la ruta, las condiciones del transporte, alojamiento, el objetivo del viaje… Aquí en Chad, ese tipo de cosas son difíciles de preveer y en la
mayoría de casos, tu capacidad de adaptación, la imaginación que puedas tener y la providencia son las encargadas de cubrir todos estos requisitos.

Como os habíamos contado, el Centro Charles Lwanga de Bayaka, se quedó vacío a principios de Julio, para dar descanso a los niños, trabajadores, y permitir preparar el curso siguiente tras nuestro primer año de funcionamiento. Una tarea difícil que nos venìa encomendada a nosotros y de la cual nos sentíamos responsables para invertir todo lo que el primer año de andadura no salió como esperábamos.

Queríamos realizar cambios físicos, de mentalidad, de organización… queríamos tener referencias, metas, ideales… y también queríamos algún modelo que pudiera inspirarnos en esa tarea de conformar una estructura como esta para que sirva realmente de ayuda a todos estos niños que lo necesiten.

Tras conversar con varios amigos, surge la idea de visitar 2 centros en el vecino país de Camerún para intercambiar experiencias, tomar información y poder aprovechar su propio camino ya que los 2 llevan mas de 15 y 30 años de funcionamiento

Es ahora cuando llega el momento de plantear el viaje. La ruta aproximadamente 600 Km. por carretera que no conocíamos teniendo que atravesar la frontera con Camerún. Después llegar a Ngaoundere y tomar un tren que nos haría viajar toda la noche hasta la capital, Yaounde. Como explicábamos antes, echando mano de nuestros pocos contactos aquí conseguimos que nos sacaran los billetes con antelación, en vagón
litera para pasar esa larga noche lo mejor posible. Pero lo más gracioso es que cuando intentabas preguntar hora de salida….y de llegada te decían, “se sabe cuando se sale pero nunca cuando se llega”. Nos proveímos de una bolsa de pan, galletas, embutidos y bebida para afrontar lo que pudiera venir. La noche en el tren fue larga, tenías la sensación de ir en uno de esos trenes de madera de Playmobil sin saber si ir sentado o tendido porque el movimiento de los raíles unido al de “la cama” del tren para nada estaban armonizados. Cada pueblo por el que paraba la gente vendiendo cosas por la ventan a las 2, 3 4, 5 de la mañana. Buen camino, ningún
problema, y la experiencia del tren inolvidable.
Ya en Yaounde nos pondríamos en contacto con el responsable del Centro para poder alojarnos en algún sitio. Otra vez mas la suerte…para quien lo quiera llamar así, nos echaba una mano. Tras resolver lo del tren, cuando contactamos con el hogar de
Yaounde nos responde un jesuita español, riojano, Alfonso, que se encarga de resolver todas nuestras dudas… el viaje estaba listo, así que los primeros días de Julio nos pusimos en camino para pasar esta aventura de 15 días

Finalmente llegamos al destino, en Yaounde nos esperaban para visitar el “Hogar de la Esperanza” para niños de la calle.

Es un hogar para niños de la calle de la gran capital de Camerún, Yaounde. Gracias al hermano Alfonso nos pudimos hacer una idea de cómo se vive la realidad de los niños de la calle, puros y duros, la de años perdidos, robando, drogándose y durmiendo por las esquinas. Tras ver su Centro de Escucha en pleno barrio, donde van a pasar el día los chicos y los sensibilizan, hasta los hogares de acogida y de formación profesional, nos ayudó a hacernos una idea de hacia donde nuestro Centro se tenia que encaminar y lo necesario que era buscar la realidad de los niños más vulnerables de Chad en su mismo ambiente, las calles, los barrios…

Tras la primera semana de viaje nos disponíamos a volver en nuestro “tren” hacia el Norte, a la ciudad de Ngaoundere donde estaba el segundo centro a visitar, pero antes de eso… otra vez la providencia tocó a nuestra puerta.

Alfonso nos dice: “seria bueno que descansarais un poco tras tanta información, que os parece si pasáis el fin de semana en Kribi, al lado del mar y descansáis”, solo había un inconveniente, había que ir en transporte público…la FURGO PATERA. Es una especie de furgoneta tipo Mercedes Benz pero ni parecidas, de la marca Toyota, en la que en Europa seria para 20 plazas….aquí en África para 50, tenias tu asiento justo al lado del otro sin espacio entre los dos ni pasillo con el de adelante, lo mismo que siente una sardina en lata…pero que viaja muy muy rápido. No nos preocupaba seguíamos estando protegidos y la recompensa fue mejor de lo imaginado.

Volver a ver el mar…..no lo habíamos ni imaginado…que maravilla cuando caminábamos de nuevo por la orilla, tus pies bañados por el Atlántico y la arena acariciando tus tobillos. Kribri, nos permitió por un momento volver a transportarnos a nuestra playas del Rincón, Maro, las playas gaditanas… un paraíso natural se nos había puesto a nuestra disposición para poder coger fuerzas y afrontar otro año lleno de
esperanzas e ilusión por ayudar

Tras el fin de semana volvimos en tren hasta Ngaoundere, esta vez no en litera sino en 1º clase que es sentado pero con espacio respecto al de delante. Otro viaje inolvidable, hasta llegar a la mañana siguiente a nuestro destino

El segundo Centro que visitamos se llama “Marza” también lo coordina una religiosa, la hermana Nicole, y se dedica solo a huérfanos de cualquier edad, pero con una granja que tiene aproximadamente 30 Ha. un gran criadero de pollos, cerdos y vacas, y gracias a ello permite generar los recursos para que los chicos cuando crezcan puedan formarse tanto intelectual como personas en otros Centros fuera de éstos gracias a un programa de becas individuales y volviendo luego al mismo Centro para ayudar a otros en un futuro, de verdad experiencia única haber conocido aquel lugar. También allí, nos dimos cuenta de la necesidad que teníamos de crear un recorrido profesional para nuestros chicos, buscar salidas aunque sea fuera del Centro y ese
sistema de becas o ayudas que hagan que tenga sentido todo lo que queremos hacer con los más pobres y vulnerables de Chad.

Tras este gran viaje, tras haber recorrido 6000km., Camerún de Norte a Sur y vivir sus sabores, olores y su gente, volvimos a Chad con la mochila cargada de ideas, sueños y esperanzas para poder afrontar este nuevo año

Un viaje de trabajo muy especial……

domingo, 2 de octubre de 2011

Experiencia de la visita de Mª del Mar Postigo


Había una vez, en un país de África, un lugar desconocido por mucha gente e incluso inexistente para mí CHAD. Cuando llegué todo eran anécdotas pero lo más fascinante es que en un lugar donde no hay luz, es un lujo vivir como yo lo he hecho: con agua, luz, colchón, ducha. Cómo una naturaleza te abastece de los recursos que necesitas para vivir y nosotros en la ciudad dependemos de las máquinas. La experiencia camina poco a poco, tú te vas adaptando a las personas, el lugar, vas entendiendo la cultura y vas compartiendo con la gente. ¿Quién es el que aprende? TÚ

La llegada de los niños fue lo que yo tanto ansiaba, la alegría, la espontaneidad, los cantos, bailes y la novedad: “la Mari”. Metida en la dinámica diaria comenzamos a trabajar: formación de los profesores, talleres para los niños y juegos pintados en el suelo. Yo estaba disfrutando cada día más y aunque a veces el cansancio te puede por el clima y la falta de comodidad, sus miradas, gestos y lo más importante de lo que aquí muchos carecemos, la felicidad, la afectividad y ese cariño tan especial que recibes de una persona que no tiene nada. Esto no se puede explicar con palabras, se siente;

Cada día era diferente, algo había allí que me enganchaba más y más, no había reloj, solo estaba el sol que iba marcando las horas para ir a la escuela, trabajar en el campo, comer, jugar,…

Lo más impactante, su ansiedad por la comida, que solo lo pueden explicar los que se buscan la vida para comer y no los que hacemos ayuno voluntario alguna vez para concienciarnos de lo que es sentir hambre.

Estas son pequeñas reflexiones que te hacen pensar en los demás y en las necesidades de todo tipo, en riesgo social, carencia afectiva. ¿Qué sientes cuando un pequeño te coge la mano con 40º de fiebre con malaria y piensas, ahora mismo en este momento este chico no tiene a nadie? Pues no lo puedo explicar, solo se siente.

En conclusión, me he enamorado de África, y el Chad me ha enganchado, como su propia palabra lo dice, porque sus gentes me han dado Amor, me han acogido, me han aceptado tal y como soy, me han dado la oportunidad de conocerlos y sobre todo han compartido conmigo lo que hay dentro de sus corazones a pesar de todas sus dificultades. Quizá no venga más gorda físicamente pero si es que he engordado mucho interiormente y eso es lo único que merece la pena.
Así que colorín colorado, esta aventura aún no se ha acabado, permanece en mí y continúa día a día, los pequeños cambios vienen ahora…..

ÁFRICA TIENE EL TIEMPO Y NOSOTROS EL RELOJ, (cuando esto cambia al menos por unos meses,)
YO PREFIERO TENER EL TIEMPO Y QUE OTROS TENGAN EL RELOJ.

FDO: MARÍA DEL MAR POSTIGO