Hoy queremos contaros cómo son los talleres que realizan los alumnos
del “Curso de verano-Bayaka 2013”.
Los carpinteros han aprendido los útiles de la carpintería y cuál es la función de cada uno de ellos, así como a hacer un banco. Al final de la formación cada niño ha fabricado, al menos un banco, que el
Centro ha donado a cada una de las escuelas de los niños. Sabemos que lo que han aprendido en la carpintería no es suficiente pero sí el comienzo de una formación que tal vez puedan completar más tarde para llegar a ser mejores carpinteros, o tal vez lo que les permita completar su economía con la realización de bancos. Y es que antes de tener estos bancos los alumnos se sentaban en un ladrillo. Ojalá pueda organizarse el curso de verano el año siguiente y enseñarles a construir unas mesas, pues hasta ahora apoyan su cuaderno sobre sus piernas.
Las niñas han aprendido un poco de bordado, crochet y punto. Tres actividades muy apreciadas entre las mujeres y las niñas de este pueblo. Los trabajos que elaboran, además de ser muy coloridos son un producto que puede ser vendido y generarles algunos ingresos. Una vez que las chicas han terminado sus labores hemos hecho una exposición en la que ya algunos trabajos se han vendido. Con el beneficio las niñas han podido adquirir los materiales para volver a elaborar otro trabajo que más tarde podrán vender de nuevo. Las que aún no han vendido sus trabajos nos aportan algo que ellas mismas han cultivado en su casa, un pollo o cacahuetes para la cocina, se lo compramos y lo canjean por materiales. En el caso de las niñas, esta actividad puede ser el germen de un pequeño negocio que les aporte beneficios para pagar la escolarización o comprarse una ropa nueva.
En todo caso, la experiencia de la formación profesional ha sido de lo más gratificante para estos chavales ávidos de aprender. Esperemos que también lo sirva de motivación a los padres, pues en ocasiones confiarle la cocina y los bebes a las niñas, y al niño el cuidado de un rebaño de vacas y bueyes es más fácil que conducirlo a que aprenda un oficio o estudie.
Los carpinteros han aprendido los útiles de la carpintería y cuál es la función de cada uno de ellos, así como a hacer un banco. Al final de la formación cada niño ha fabricado, al menos un banco, que el
Centro ha donado a cada una de las escuelas de los niños. Sabemos que lo que han aprendido en la carpintería no es suficiente pero sí el comienzo de una formación que tal vez puedan completar más tarde para llegar a ser mejores carpinteros, o tal vez lo que les permita completar su economía con la realización de bancos. Y es que antes de tener estos bancos los alumnos se sentaban en un ladrillo. Ojalá pueda organizarse el curso de verano el año siguiente y enseñarles a construir unas mesas, pues hasta ahora apoyan su cuaderno sobre sus piernas.
Las niñas han aprendido un poco de bordado, crochet y punto. Tres actividades muy apreciadas entre las mujeres y las niñas de este pueblo. Los trabajos que elaboran, además de ser muy coloridos son un producto que puede ser vendido y generarles algunos ingresos. Una vez que las chicas han terminado sus labores hemos hecho una exposición en la que ya algunos trabajos se han vendido. Con el beneficio las niñas han podido adquirir los materiales para volver a elaborar otro trabajo que más tarde podrán vender de nuevo. Las que aún no han vendido sus trabajos nos aportan algo que ellas mismas han cultivado en su casa, un pollo o cacahuetes para la cocina, se lo compramos y lo canjean por materiales. En el caso de las niñas, esta actividad puede ser el germen de un pequeño negocio que les aporte beneficios para pagar la escolarización o comprarse una ropa nueva.
En todo caso, la experiencia de la formación profesional ha sido de lo más gratificante para estos chavales ávidos de aprender. Esperemos que también lo sirva de motivación a los padres, pues en ocasiones confiarle la cocina y los bebes a las niñas, y al niño el cuidado de un rebaño de vacas y bueyes es más fácil que conducirlo a que aprenda un oficio o estudie.
La primera idea que tuvimos fue escoger a los cinco mejores niños para que aprendieran algo de carpintería y a las cinco mejores niñas para que aprendieran algo de bordado, durante los dos meses que duraba el curso de verano. Gracias a los donativos de todos los que habéis colaborado en este proyecto hemos podido ampliar el número de niños que han podido acogerse en los talleres, y así en lugar de a 10, se han formado en carpintería y costura, respectivamente los 65 alumnos que han acudido al Centro de manera externa.Así pues, los alumnos que tienen clase por la tarde: “los pañoletas moradas” vienen al taller a las 11h. de la mañana y los alumnos que vienen al turno de mañana: “los pañoletas naranjas” salen de clase, comen la bola y entran en los talleres.
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