domingo, 2 de octubre de 2011
Experiencia de la visita de Mª del Mar Postigo
Había una vez, en un país de África, un lugar desconocido por mucha gente e incluso inexistente para mí CHAD. Cuando llegué todo eran anécdotas pero lo más fascinante es que en un lugar donde no hay luz, es un lujo vivir como yo lo he hecho: con agua, luz, colchón, ducha. Cómo una naturaleza te abastece de los recursos que necesitas para vivir y nosotros en la ciudad dependemos de las máquinas. La experiencia camina poco a poco, tú te vas adaptando a las personas, el lugar, vas entendiendo la cultura y vas compartiendo con la gente. ¿Quién es el que aprende? TÚ
La llegada de los niños fue lo que yo tanto ansiaba, la alegría, la espontaneidad, los cantos, bailes y la novedad: “la Mari”. Metida en la dinámica diaria comenzamos a trabajar: formación de los profesores, talleres para los niños y juegos pintados en el suelo. Yo estaba disfrutando cada día más y aunque a veces el cansancio te puede por el clima y la falta de comodidad, sus miradas, gestos y lo más importante de lo que aquí muchos carecemos, la felicidad, la afectividad y ese cariño tan especial que recibes de una persona que no tiene nada. Esto no se puede explicar con palabras, se siente;
Cada día era diferente, algo había allí que me enganchaba más y más, no había reloj, solo estaba el sol que iba marcando las horas para ir a la escuela, trabajar en el campo, comer, jugar,…
Lo más impactante, su ansiedad por la comida, que solo lo pueden explicar los que se buscan la vida para comer y no los que hacemos ayuno voluntario alguna vez para concienciarnos de lo que es sentir hambre.
Estas son pequeñas reflexiones que te hacen pensar en los demás y en las necesidades de todo tipo, en riesgo social, carencia afectiva. ¿Qué sientes cuando un pequeño te coge la mano con 40º de fiebre con malaria y piensas, ahora mismo en este momento este chico no tiene a nadie? Pues no lo puedo explicar, solo se siente.
En conclusión, me he enamorado de África, y el Chad me ha enganchado, como su propia palabra lo dice, porque sus gentes me han dado Amor, me han acogido, me han aceptado tal y como soy, me han dado la oportunidad de conocerlos y sobre todo han compartido conmigo lo que hay dentro de sus corazones a pesar de todas sus dificultades. Quizá no venga más gorda físicamente pero si es que he engordado mucho interiormente y eso es lo único que merece la pena.
Así que colorín colorado, esta aventura aún no se ha acabado, permanece en mí y continúa día a día, los pequeños cambios vienen ahora…..
ÁFRICA TIENE EL TIEMPO Y NOSOTROS EL RELOJ, (cuando esto cambia al menos por unos meses,)
YO PREFIERO TENER EL TIEMPO Y QUE OTROS TENGAN EL RELOJ.
FDO: MARÍA DEL MAR POSTIGO
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