martes, 11 de octubre de 2011
Un viaje de trabajo
¿Cómo podríamos explicar las condiciones de un viaje de trabajo aquí en Chad? Habría que empezar por definir la ruta, las condiciones del transporte, alojamiento, el objetivo del viaje… Aquí en Chad, ese tipo de cosas son difíciles de preveer y en la
mayoría de casos, tu capacidad de adaptación, la imaginación que puedas tener y la providencia son las encargadas de cubrir todos estos requisitos.
Como os habíamos contado, el Centro Charles Lwanga de Bayaka, se quedó vacío a principios de Julio, para dar descanso a los niños, trabajadores, y permitir preparar el curso siguiente tras nuestro primer año de funcionamiento. Una tarea difícil que nos venìa encomendada a nosotros y de la cual nos sentíamos responsables para invertir todo lo que el primer año de andadura no salió como esperábamos.
Queríamos realizar cambios físicos, de mentalidad, de organización… queríamos tener referencias, metas, ideales… y también queríamos algún modelo que pudiera inspirarnos en esa tarea de conformar una estructura como esta para que sirva realmente de ayuda a todos estos niños que lo necesiten.
Tras conversar con varios amigos, surge la idea de visitar 2 centros en el vecino país de Camerún para intercambiar experiencias, tomar información y poder aprovechar su propio camino ya que los 2 llevan mas de 15 y 30 años de funcionamiento
Es ahora cuando llega el momento de plantear el viaje. La ruta aproximadamente 600 Km. por carretera que no conocíamos teniendo que atravesar la frontera con Camerún. Después llegar a Ngaoundere y tomar un tren que nos haría viajar toda la noche hasta la capital, Yaounde. Como explicábamos antes, echando mano de nuestros pocos contactos aquí conseguimos que nos sacaran los billetes con antelación, en vagón
litera para pasar esa larga noche lo mejor posible. Pero lo más gracioso es que cuando intentabas preguntar hora de salida….y de llegada te decían, “se sabe cuando se sale pero nunca cuando se llega”. Nos proveímos de una bolsa de pan, galletas, embutidos y bebida para afrontar lo que pudiera venir. La noche en el tren fue larga, tenías la sensación de ir en uno de esos trenes de madera de Playmobil sin saber si ir sentado o tendido porque el movimiento de los raíles unido al de “la cama” del tren para nada estaban armonizados. Cada pueblo por el que paraba la gente vendiendo cosas por la ventan a las 2, 3 4, 5 de la mañana. Buen camino, ningún
problema, y la experiencia del tren inolvidable.
Ya en Yaounde nos pondríamos en contacto con el responsable del Centro para poder alojarnos en algún sitio. Otra vez mas la suerte…para quien lo quiera llamar así, nos echaba una mano. Tras resolver lo del tren, cuando contactamos con el hogar de
Yaounde nos responde un jesuita español, riojano, Alfonso, que se encarga de resolver todas nuestras dudas… el viaje estaba listo, así que los primeros días de Julio nos pusimos en camino para pasar esta aventura de 15 días
Finalmente llegamos al destino, en Yaounde nos esperaban para visitar el “Hogar de la Esperanza” para niños de la calle.
Es un hogar para niños de la calle de la gran capital de Camerún, Yaounde. Gracias al hermano Alfonso nos pudimos hacer una idea de cómo se vive la realidad de los niños de la calle, puros y duros, la de años perdidos, robando, drogándose y durmiendo por las esquinas. Tras ver su Centro de Escucha en pleno barrio, donde van a pasar el día los chicos y los sensibilizan, hasta los hogares de acogida y de formación profesional, nos ayudó a hacernos una idea de hacia donde nuestro Centro se tenia que encaminar y lo necesario que era buscar la realidad de los niños más vulnerables de Chad en su mismo ambiente, las calles, los barrios…
Tras la primera semana de viaje nos disponíamos a volver en nuestro “tren” hacia el Norte, a la ciudad de Ngaoundere donde estaba el segundo centro a visitar, pero antes de eso… otra vez la providencia tocó a nuestra puerta.
Alfonso nos dice: “seria bueno que descansarais un poco tras tanta información, que os parece si pasáis el fin de semana en Kribi, al lado del mar y descansáis”, solo había un inconveniente, había que ir en transporte público…la FURGO PATERA. Es una especie de furgoneta tipo Mercedes Benz pero ni parecidas, de la marca Toyota, en la que en Europa seria para 20 plazas….aquí en África para 50, tenias tu asiento justo al lado del otro sin espacio entre los dos ni pasillo con el de adelante, lo mismo que siente una sardina en lata…pero que viaja muy muy rápido. No nos preocupaba seguíamos estando protegidos y la recompensa fue mejor de lo imaginado.
Volver a ver el mar…..no lo habíamos ni imaginado…que maravilla cuando caminábamos de nuevo por la orilla, tus pies bañados por el Atlántico y la arena acariciando tus tobillos. Kribri, nos permitió por un momento volver a transportarnos a nuestra playas del Rincón, Maro, las playas gaditanas… un paraíso natural se nos había puesto a nuestra disposición para poder coger fuerzas y afrontar otro año lleno de
esperanzas e ilusión por ayudar
Tras el fin de semana volvimos en tren hasta Ngaoundere, esta vez no en litera sino en 1º clase que es sentado pero con espacio respecto al de delante. Otro viaje inolvidable, hasta llegar a la mañana siguiente a nuestro destino
El segundo Centro que visitamos se llama “Marza” también lo coordina una religiosa, la hermana Nicole, y se dedica solo a huérfanos de cualquier edad, pero con una granja que tiene aproximadamente 30 Ha. un gran criadero de pollos, cerdos y vacas, y gracias a ello permite generar los recursos para que los chicos cuando crezcan puedan formarse tanto intelectual como personas en otros Centros fuera de éstos gracias a un programa de becas individuales y volviendo luego al mismo Centro para ayudar a otros en un futuro, de verdad experiencia única haber conocido aquel lugar. También allí, nos dimos cuenta de la necesidad que teníamos de crear un recorrido profesional para nuestros chicos, buscar salidas aunque sea fuera del Centro y ese
sistema de becas o ayudas que hagan que tenga sentido todo lo que queremos hacer con los más pobres y vulnerables de Chad.
Tras este gran viaje, tras haber recorrido 6000km., Camerún de Norte a Sur y vivir sus sabores, olores y su gente, volvimos a Chad con la mochila cargada de ideas, sueños y esperanzas para poder afrontar este nuevo año
Un viaje de trabajo muy especial……
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