¿Qué tal estáis? Imaginamos que ya lo tendréis todo preparado para festejar la Navidad. Nosotros estamos de “vacaciones” desde el sábado por la tarde y de verdad, que hemos esperado con mucha alegría la llegada de este momento en el que nos concentramos en contaros los detalles de nuestra familia. Nos gustaría dedicaros unas letrillas a cada uno de los que en este año que termina habéis vibrado junto a nosotros persiguiendo lo mejor para estos niños. Sólo quedan unas horas para celebrar la Navidad y nos resultaría difícil alcanzar esta meta, así que todos, los amigos de Mollina, de Málaga y provincia, Madrid, Guadix, Zaragoza, Cartagena, Salamanca, Santander, Bélgica y Francia y los muchísimos que andáis por las diferentes partes del mundo no dudéis que os tenemos presentes en estos momentos tan especiales.
En este rinconcito, aún con un poco de agua y vegetación, pero enmarcado en el gran desierto del Sahel vivir la navidad puede resultar aparentemente sencillo, pues no hay tele que nos repita que tenemos que vivir en aptitud de crisis, tampoco escaparates que tienten nuestro deseo de tener cosas nuevas, el mercado local tiene lo que ahora produce la tierra, no hay más cantidad de comida ni tampoco algo diferente a lo del resto del año, no hay luces de navidad pero las noches siguen siendo chulísimas por los espectáculos que nos ofrece el cielo estrellado, casi tampoco serán días festivos pues el calendario se rige por las fiestas musulmanas. Nadie nos enviará mensajes diciendo que se cumplan todo nuestros mejores deseos y que el año que venga esté cargado de paz, felicidad y amor.
En cambio, nuestro día a día en Chad, nos exige vivir cada momento con sentimientos de Navidad. Después de cinco meses sin tener ni un solo día de descanso, hoy disfrutamos del gran silencio que nos traen las vacaciones de los niños, contemplamos sus casas vacías, la escuela, los talleres, la granja, su huerto, el campo de fútbol, sus juegos y también pensamos en cada uno de ellos, en las situaciones que han vivido y en el camino que ahora están recorriendo junto a nosotros, damos gracias por el personal que trabaja aquí, pues a pesar de su escasa formación y las dificultades para comprendernos en el fondo persigue el sueño de que cada niño tenga un futuro mejor.
Aún después de llevar aquí casi cuatro años, todavía se nos pone la piel de gallina cuando valoramos el trabajo de esta Iglesia naciente y esta gente empobrecida y azotada por las continuas guerras. Creemos en la cara viva de las gentes del Sahel, pues a pesar de la dictadura encubierta, de las adversas condiciones climáticas, de las limitaciones para la educación y la salud son capaces de hacer grandes cosas, aunque a duras penas.
No tenemos wasap, ni internet siempre que lo deseamos, nuestro móvil aún es de botones, y la cámara de fotos se nos ha roto porque le ha entrado agua, pero ojalá pudiésemos enviaros cada una de las fotos que tenemos guardamos en nuestra retina y nos permiten vivir la Navidad en este medio, son fotos de escuelas que tienen buenos resultados, hospitales que salvan vidas, discapacitados que encuentran una prótesis, mujeres que pueden acceder a un crédito, pueblos a los que se les hace un pozo, un tomate que nace en medio del desierto, jóvenes que quieren ser cristianos etc.
Somos conscientes de que para realizar una misión así hay que estar lleno de una esperanza que solo puede venir de Dios. Para nosotros que continuamos esta iniciativa y para vosotros que la sostenéis y hacéis realidad, sólo el milagro de un Dios-hecho niño entre los hombres puede mantenernos viva la magia de creer que un mundo nuevo es posible aún en medio de las peores condiciones.
Aprovechando las vacaciones queremos poneros al día de todo lo que hemos vivido en este último trimestre. ¡Visitad el blog siempre que podáis! …y no olvidéis comeros 1 gamba, 1 mejillón y 1 loncha de jamón a nuestra salud.
Con cariño Pili, Sergio y los 45 niños de Bayaka.
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