Como os prometimos, en estos días de navidad aprovecharemos para poneros al día de las vivencias de la familia de Bayaka en este último trimestre.
Si releemos el último escrito que colgamos en el blog allá por el mes de octubre recordaréis que os contábamos que la experiencia de la “escuela de verano” fue clausurada por una fiesta junto a todos los niños, profesores y personal que participó en la misma.
Dos días más tarde daba comienzo el nuevo curso escolar 2013-2014 y, como cada año el día 2 de octubre nos vestimos con los trajes nuevos, matamos una oveja y festejamos que ese mismo día en 2010, los niños comenzaron a vivir en el Centro Charles Lwanga de Bayaka.
Este año hemos hecho una fiesta más grande, pues ya celebramos el 3º aniversario. Para los que habéis seguido las aventuras de esta familia y para nosotros que lo hemos vivido en primera línea no dudamos ni una pizca en que el motivo de la fiesta estaba más que sobrado. Aún sin olvidar las dificultades para educar a estos niños, las cosas que no han salido bien, el personal que no se ha adaptado al trabajo y algún que otro problema más, el motivo de la fiesta fue por las cosas
buenas recibidas.
La fiesta comenzó con una eucaristía en la que nos acompañaba el cura de nuestra parroquia, el vicario de la diócesis y el director de Caritas así como todos los niños y trabajadores del Centro. Los niños prepararon la celebración, la coral nos sorprendió con nuevos cantos y las niñas se estrenaban con un baile.
Tras la eucaristía pasamos a la gran sala donde pudimos disfrutar viendo las fotos de estos tres años juntos expuestas en un tablón.
Esto nos permitió ver cómo habían crecido los niños, pues algunos llegaron bien pequeños, los logros en la escuela hasta consolidar un programa de alfabetización propio del Centro y prácticamente único en el país, el paso de un pequeño huerto indi
colectivo con técnicas modernas de riego, todo el personal que trabajan como formadores o educadores los amigos que nos han visitado y que tanto nos han aportado, las visitas de autoridades etc. A continuación pasamos a contar y escuchar las experiencias de trabajadores y niños y ahí todos pudimos disfrutar mucho recordando tantas cosas que no se pueden ni registrar en una foto, por ejemplo como los niños llegaron sin saber francés y ahora todos se expresan correctamente, o cuando no había manera de hacer bajar a los niños de los árboles especialmente cuando teníamos una visita, o cuando se escapaban del Centro y pasaban varios días en el mercado, el hecho de que los niños no se lavaban o no lavaban su ropa y esto ya se ha convertido en un hábito, los valores conseguidos gracias al juego, las actividades artísticas, la coral, el deporte, las conversación educativas… infinidad de cosas que entre todos recordamos con alegría, pues formaban parte de este recorrido hecho juntos, y por las que sólo podemos dar gracias.
Parte de la decoración de la fiesta fueron los trabajos de los niños, especialmente los realizados en la carpintería, los cuales fueron vendidos casi todos cuando la gente pudo verlos.
Un encuentro así de festivo terminó con una bola de harina de arroz y una oveja de nuestra granja con la que todos pudimos rechupetearnos los dedos.
En la fiesta también tuvimos palabras de agradecimiento a todos vosotros, que nos sostenéis día a día sólo por la energía que os transmiten nuestras palabras o por unas simples fotografías.
Todo esto solo puede servir para animarnos a todos a seguir trabajando juntos por este proyecto vidual a un gran huerto.
MUCHAS GRACIAS enganCHADos!!!!!!
Si releemos el último escrito que colgamos en el blog allá por el mes de octubre recordaréis que os contábamos que la experiencia de la “escuela de verano” fue clausurada por una fiesta junto a todos los niños, profesores y personal que participó en la misma.
Dos días más tarde daba comienzo el nuevo curso escolar 2013-2014 y, como cada año el día 2 de octubre nos vestimos con los trajes nuevos, matamos una oveja y festejamos que ese mismo día en 2010, los niños comenzaron a vivir en el Centro Charles Lwanga de Bayaka.
Este año hemos hecho una fiesta más grande, pues ya celebramos el 3º aniversario. Para los que habéis seguido las aventuras de esta familia y para nosotros que lo hemos vivido en primera línea no dudamos ni una pizca en que el motivo de la fiesta estaba más que sobrado. Aún sin olvidar las dificultades para educar a estos niños, las cosas que no han salido bien, el personal que no se ha adaptado al trabajo y algún que otro problema más, el motivo de la fiesta fue por las cosas
buenas recibidas.
La fiesta comenzó con una eucaristía en la que nos acompañaba el cura de nuestra parroquia, el vicario de la diócesis y el director de Caritas así como todos los niños y trabajadores del Centro. Los niños prepararon la celebración, la coral nos sorprendió con nuevos cantos y las niñas se estrenaban con un baile.
Tras la eucaristía pasamos a la gran sala donde pudimos disfrutar viendo las fotos de estos tres años juntos expuestas en un tablón.
Esto nos permitió ver cómo habían crecido los niños, pues algunos llegaron bien pequeños, los logros en la escuela hasta consolidar un programa de alfabetización propio del Centro y prácticamente único en el país, el paso de un pequeño huerto indi
colectivo con técnicas modernas de riego, todo el personal que trabajan como formadores o educadores los amigos que nos han visitado y que tanto nos han aportado, las visitas de autoridades etc. A continuación pasamos a contar y escuchar las experiencias de trabajadores y niños y ahí todos pudimos disfrutar mucho recordando tantas cosas que no se pueden ni registrar en una foto, por ejemplo como los niños llegaron sin saber francés y ahora todos se expresan correctamente, o cuando no había manera de hacer bajar a los niños de los árboles especialmente cuando teníamos una visita, o cuando se escapaban del Centro y pasaban varios días en el mercado, el hecho de que los niños no se lavaban o no lavaban su ropa y esto ya se ha convertido en un hábito, los valores conseguidos gracias al juego, las actividades artísticas, la coral, el deporte, las conversación educativas… infinidad de cosas que entre todos recordamos con alegría, pues formaban parte de este recorrido hecho juntos, y por las que sólo podemos dar gracias.
Parte de la decoración de la fiesta fueron los trabajos de los niños, especialmente los realizados en la carpintería, los cuales fueron vendidos casi todos cuando la gente pudo verlos.
Un encuentro así de festivo terminó con una bola de harina de arroz y una oveja de nuestra granja con la que todos pudimos rechupetearnos los dedos.
En la fiesta también tuvimos palabras de agradecimiento a todos vosotros, que nos sostenéis día a día sólo por la energía que os transmiten nuestras palabras o por unas simples fotografías.
Todo esto solo puede servir para animarnos a todos a seguir trabajando juntos por este proyecto vidual a un gran huerto.
MUCHAS GRACIAS enganCHADos!!!!!!