Hace días que ni escribimos, y es que tampoco nos queda tiempo de mucho más. El día uno de agosto volvieron los niños. Aprovechamos que los caminos aún no estaban totalmente impracticables y los recogimos en sus casas. Poco a poco se van incorporando los que serán nuevos acogidos en este curso. Como después de todas vacaciones, las normas del Centro de lavarse, lavar la ropa, tener un orden, un horario, una disciplina y un respeto se pierden y toca aumentar los esfuerzos para que tanto los niños como los trabajadores se adapten de nuevo a una vida organizada. Su llegada supone estar activo unas 15 ó 20 h al día. A las 5:00 h de la mañana, remoloneando entre la primera y la segunda alarma ya se escuchan de correr a los que han dormido en otra cama o habitación que no es la suya. A las 5:30h escuchas si las cocineras han llegado o no al Centro, entonces no te inquietas y sigues un poco más en la cama. A las 6:00h comenzamos a despertarlos para que se laven, arreglen su cuarto y se tomen el desayuno. Esta primera hora es de las más intensas, pues cada día hay que seguirlos para que se laven, hagan las camas, barran la habitación y no repitan el desayuno más de dos veces. Con este ritmo se desarrolla la jornada en Bayaka, entre los niños. Nada de trabajo duro pero sí necesitado de mucha presencia activa, y es que entre tanto enano, siempre hay uno al menos que quiere bromas, otro pelea, otro escaparse, otro atención y alguien que cuando está en silencio anda haciendo de las suyas. Un día a día muy intenso en el que no queda hueco para casi nada, pues tanto si estas con ellos de manera activa, o si estás dentro de la casa te están reclamando o estas escuchando sus gritos. Siempre hay algo que arreglar o preparar para el curso escolar, los trabajadores, los niños o las familias. Además de andar dándole vueltas a todas y cada una de las decisiones educativas que nos toca dar. Un alboroto que da vida al lugar y al que nosotros nos da vida para tener más pasión cada día. En estos meses de agosto y septiembre se desarrolla la “escuela de verano “ que permite a los niños además de volver al Centro, hacer actividades lúdicas, festivas y formativas que durante el curso no hay tiempo para realizar. Junto a éstas hay que incluir el tiempo para cultivar los campos y el rato de estudio diario para entrar con fuerza en el curso próximo. Así si te paseas por Bayaka entre las 14:00h y las 15:30 escucharás a los niños de recitar las tablas de sumar, restar, multiplicar o dividir que dentro de poco les ayudarán a calcular más rápido que una CASIO. En las próximas semanas colgaremos fotos de las actividades artesanales que están desarrollando, así como de los juegos que les trajimos de España y alguna que otra cosa nueva que vamos poniendo en marcha a nivel educativo. Desde Bayaka, con mucha agua por las lluvias os enviamos un fuerte abrazo lleno de la pasión que sentimos por esta familia. Sergio, Pili y los treinta niños de Bayaka enganCHADos a la misión.
martes, 25 de septiembre de 2012
¡Casi veinte horas a jornada completa!
domingo, 23 de septiembre de 2012
martes, 18 de septiembre de 2012
jueves, 13 de septiembre de 2012
¡De nuevo en Bayaka!
Desde hace unos meses no nos comunicamos por
aquí pero seguimos en Bayaka cada día más apasionados por esta misión.
Tenemos muchos que contaros después de tanto
tiempo sin escribiros. Como será difícil contar todo lo que hemos vivido os
hablaremos de lo más importante.
En este orden de cosas, lo mejor en todo este
tiempo ha sido nuestro viaje a España durante un mes y medio. En enero vimos que el pasaporte se
cumplía en mayo y cuando fuimos a
gestionar la renovación nos informaron que había que viajar a un país donde
hubiese embajada Española puesto que en Chad no la hay. Al principio nos
agobiamos un poco pero pronto vimos que la mejor opción era viajar a España
renovarlo, ver a nuestra familia, hacer unas revisiones médicas y de paso un
buen descaso en la Costa del Sol.
¿¡Qué decir de este viaje!?
…renovamos el pasaporte
…los médicos nos dieron permiso para estar
aquí hasta diez años más
…no descansamos ni un solo día
… hemos compartido nuestra experiencia con
muchísima gente
…vimos los primeros partidos de la Eurocopa
con nuestros amigos
…disfrutamos de las actuaciones de nuestra
familia de artistas
…conocimos a los pequeñajos que han nacido
durante nuestra estancia en Chad y los que tenéis proyectos de boda.
…la salida a misión de nuestra enganchada María del Mar.
…comimos un montón de cosas buenas
…disfrutamos de nuestra tierra con la
romería, las sardinas, la playa, el color de las viñas, ese azul del cielo malagueño…
Y como siempre nos llenamos del cariño de
nuestra familia y de ese grupo, cada vez más grande de enganCHADos a la misión.
Si
tuviésemos que resumir el viaje en momentos nos quedaríamos con los siguientes:
Primero con la acogida, de nuestra
familia y amigos en el aeropuerto y la
gran macro batukada de los mollinatos cuando entramos al pueblo.
Segundo con
la fuerza de todos los niños o no tan niños con los que al escuchar las
vivencias del Centro de Bayaka iluminaban sus ojos diciendo: “merece la pena”,
“yo soy un enganCHADo más”, “me uno a ese sueño y a la esperanza de un mundo
distinto para los niños del Chad”
En tercer lugar nos quedamos con el apoyo de
nuestra familia de sangre que nos sigue, apoya, y mantiene, siempre y en todo
momento.
Otro momento muy es especial es cuando
sentimos el apoyo de todos aquellos que no podemos enumerar aquí, con los que a lo mejor no nos hemos
encontrado en España o tal vez ni
siquiera os conocemos directamente pero que cuando escucháis de la familia de
Bayaka derrocháis un impulso de ilusión por esta misión, dándonos ese subidón
para los momentos bajos.
Como
siempre que tardamos en escribiros nos
ocupamos más aún en buscar cosas buenas para esta familia que os iremos
contando poco a poco .En esta ocasión venimos “cargados” de buenos proyectos,
de ideas inteligentes, de pequeños cambios de mejora, de mucha solidaridad y
sobre todo de mucha fuerza de todos los que desde ahí nos seguís,.
Gracias desde el corazón por tanto esfuerzo,
solidaridad y cariño.
Seguid enviándonos vuestras cartas a BP.20
Kelo. Chad, los correos a enganchadosalchad@gmail.com,
vuestras colaboraciones a nuestro número
de cuenta CAJAMAR: 3058 0810 02 2720009122 y vuestros buenos deseos que juntos compartimos.
Pili y Sergio
Aun…. EnganCHAD2 a la mision
domingo, 9 de septiembre de 2012
Saludo del Obispo de Laï (Chad) -4 Septiembre 2012-
Queridos/as enganchados/as:
A través de nuestros amigos Pili y Sergio se nos hace llegar unas palabras que el obispo de la zona, D. Miguel Ángel Sebastián, nos quiere hacer llegar a todos los que vivimos y trabajamos unidos por colaborar en el proyecto del que son partícipes Pili y Sergio.
Estimados amigos:
Ya hace días que quería escribiros y hoy, por fin, puedo hacerlo. Este año mi estancia en España ha sido muy breve y no he podido ir a visitar a mucha gente, espero que sepáis comprenderlo. Tenía que venir urgentemente a Laï pues la responsable de la Procura se marchaba y tenía que estar con la nueva responsable al menos al principio.
Desde mi vuelta a Laï he tenido mucho que hacer. Además he tenido que efectuar un viaje a BURKINA FASO con motivo de un encuentro con la CARITAS de ese país. Ha sido una experiencia muy rica y va me servir de mucho todo lo que he vivido allá. Como éramos cuatro obispos, creo que esa experiencia va a beneficiar mucho a nuestra CARITAS CHAD y también a nuestras CARITAS diocesanas.
Pero lo que ahora me ocupa y me preocupa, sobre todo, es la situación que atraviesa nuestra región. Si el año pasado no hubo bastante lluvia, este año está lloviendo demasiado. La abundancia de lluvias ha hecho que los ríos de la región han salido de sus cauces y han hecho muchísimo daño: decenas de miles de personas siniestradas, casas destruidas, hectáreas de campos inundados… La situación es catastrófica.
Como pastor de esta Iglesia, y de una cierta manera también de las demás personas que viven en esta región, he querido ir al encuentro de las personas siniestradas, al menos hasta donde he podido llegar, pues hay zonas a las que no se puede llegar más que después de muchos kilómetros en piragua o andando por el agua. En estos encuentros he podido ver con mis propios ojos la gravedad de la situación, pero sobretodo he encontrado a la gente para llevarles una palabra de consolación, de compasión y de ánimo. Creo que mi presencia ha animado mucho a unos y a otros, también a la mayoría de las autoridades locales y estatales. Hasta el momento el gobierno aún no ha hecho nada, y ya llevamos en esta situación hace casi un mes, aunque parece que en estos días van a venir de la capital para paliar un poco esta situación con 100 millones de FCFA (152.450 euros). Una gota en desierto. Esperemos que hagan más y, sobretodo, que empiecen a preparar el futuro que será aún más grave.
Estas visitas de terreno me han ido directamente al corazón. Pero también he hecho una experiencia positiva viendo el comportamiento de mucha gente que está ayudando a los siniestrados, en particular las tres personas que trabajan en la sede central de nuestra CARITAS diocesana y las que ayudan a nivel parroquial. Muy positivo es el hecho que he visto a la gente situarse delante de esta catástrofe con dignidad y serenidad, incluso con ánimo de no dejarse vencer; he visto incluso gente que con el agua hasta la cintura están haciendo la cosecha del arroz precoz que ha llegado a madurez. Los únicos que están con cara triste son los niños que viven con sus madres refugiados en otros pueblos, sobretodo en escuelas construidas en duro. ¡Y no he oído ni una queja contra Dios!
Además de mi presencia al lado de los que están sufriendo, nuestra CARITAS no ha cerrado los ojos y oídos sino que se ha puesto a trabajar. Gracias a Dios aún no habíamos agotado la financiación que habíamos recibido de diferentes Caritas del mundo para ayudar a las personas que el año pasado no habían tenido buenas cosechas y a otras personas vulnerables (también el Gobierno de Aragón nos concedió una financiación), y con eso hemos podido dar una primera ayuda de urgencia. Hemos distribuido, sobretodo, alimentos en las zonas más afectadas por un valor de 15 millones de FCFA (casi 23.000 euros).
Pronto tendremos un problema añadido: el inicio del curso está cerca y muchas escuelas no podrán acoger a los alumnos: unas porque han sido destruidas completamente por las inundaciones (escuelas en barro y paja, o hangares de paja), otras porque están siendo ocupadas por las familias refugiadas. Además aún hay demasiada agua en las zonas de inundación, y esta agua no se retirará completamente en bastante tiempo, pues aún sigue lloviendo.
Estimados amigos, ya os dejo. He querido que conozcáis la situación por la que atravesamos pues sé que estáis en comunión con nosotros. Que el Señor nos ayude a abrir siempre nuestros corazones delante de las situaciones de miseria o desamparo de gente que vive a nuestro lado o lejos de nosotros.
Cordialmente,
+ Miguel
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Laï, a 4 de septiembre de 2012
Estimados amigos:
Ya hace días que quería escribiros y hoy, por fin, puedo hacerlo. Este año mi estancia en España ha sido muy breve y no he podido ir a visitar a mucha gente, espero que sepáis comprenderlo. Tenía que venir urgentemente a Laï pues la responsable de la Procura se marchaba y tenía que estar con la nueva responsable al menos al principio.
Desde mi vuelta a Laï he tenido mucho que hacer. Además he tenido que efectuar un viaje a BURKINA FASO con motivo de un encuentro con la CARITAS de ese país. Ha sido una experiencia muy rica y va me servir de mucho todo lo que he vivido allá. Como éramos cuatro obispos, creo que esa experiencia va a beneficiar mucho a nuestra CARITAS CHAD y también a nuestras CARITAS diocesanas.
Pero lo que ahora me ocupa y me preocupa, sobre todo, es la situación que atraviesa nuestra región. Si el año pasado no hubo bastante lluvia, este año está lloviendo demasiado. La abundancia de lluvias ha hecho que los ríos de la región han salido de sus cauces y han hecho muchísimo daño: decenas de miles de personas siniestradas, casas destruidas, hectáreas de campos inundados… La situación es catastrófica.
Como pastor de esta Iglesia, y de una cierta manera también de las demás personas que viven en esta región, he querido ir al encuentro de las personas siniestradas, al menos hasta donde he podido llegar, pues hay zonas a las que no se puede llegar más que después de muchos kilómetros en piragua o andando por el agua. En estos encuentros he podido ver con mis propios ojos la gravedad de la situación, pero sobretodo he encontrado a la gente para llevarles una palabra de consolación, de compasión y de ánimo. Creo que mi presencia ha animado mucho a unos y a otros, también a la mayoría de las autoridades locales y estatales. Hasta el momento el gobierno aún no ha hecho nada, y ya llevamos en esta situación hace casi un mes, aunque parece que en estos días van a venir de la capital para paliar un poco esta situación con 100 millones de FCFA (152.450 euros). Una gota en desierto. Esperemos que hagan más y, sobretodo, que empiecen a preparar el futuro que será aún más grave.
Estas visitas de terreno me han ido directamente al corazón. Pero también he hecho una experiencia positiva viendo el comportamiento de mucha gente que está ayudando a los siniestrados, en particular las tres personas que trabajan en la sede central de nuestra CARITAS diocesana y las que ayudan a nivel parroquial. Muy positivo es el hecho que he visto a la gente situarse delante de esta catástrofe con dignidad y serenidad, incluso con ánimo de no dejarse vencer; he visto incluso gente que con el agua hasta la cintura están haciendo la cosecha del arroz precoz que ha llegado a madurez. Los únicos que están con cara triste son los niños que viven con sus madres refugiados en otros pueblos, sobretodo en escuelas construidas en duro. ¡Y no he oído ni una queja contra Dios!
Además de mi presencia al lado de los que están sufriendo, nuestra CARITAS no ha cerrado los ojos y oídos sino que se ha puesto a trabajar. Gracias a Dios aún no habíamos agotado la financiación que habíamos recibido de diferentes Caritas del mundo para ayudar a las personas que el año pasado no habían tenido buenas cosechas y a otras personas vulnerables (también el Gobierno de Aragón nos concedió una financiación), y con eso hemos podido dar una primera ayuda de urgencia. Hemos distribuido, sobretodo, alimentos en las zonas más afectadas por un valor de 15 millones de FCFA (casi 23.000 euros).
Pronto tendremos un problema añadido: el inicio del curso está cerca y muchas escuelas no podrán acoger a los alumnos: unas porque han sido destruidas completamente por las inundaciones (escuelas en barro y paja, o hangares de paja), otras porque están siendo ocupadas por las familias refugiadas. Además aún hay demasiada agua en las zonas de inundación, y esta agua no se retirará completamente en bastante tiempo, pues aún sigue lloviendo.
Estimados amigos, ya os dejo. He querido que conozcáis la situación por la que atravesamos pues sé que estáis en comunión con nosotros. Que el Señor nos ayude a abrir siempre nuestros corazones delante de las situaciones de miseria o desamparo de gente que vive a nuestro lado o lejos de nosotros.
Cordialmente,
+ Miguel
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Diocesis de Laï (Obispo de Laï) (04/09/12) |
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