Durante su visita tuvieron la oportunidad de ver a los niños en plena tarea, unos estaban en el refuerzo escolar de la tarde, otros en su turno de lavado, los más pequeños regando el semillero de mangos y los más grandes en los talleres profesionales.
Sólo una media hora de visita en la que pudimos explicarle que nuestra misión es acoger a los niños que sufren peores condiciones de vida y ofrecerles una familia, una alfabetización, unos valores humanos y una formación profesional para que en el futuro puedan desenvolverse por ellos mismos sin que el hecho de haber tenido una infancia difícil les deje huella. Junto a esto le contamos como cada una de nuestras acciones y actividades, desde la más grande hasta la más pequeña es válida si sirve para la meta final: hacer de estos niños personas honestas y trabajadoras capaces de desarrollar su propio país.
Su presencia fue agradable por el interés que mostraron en el proyecto. Más allá del cargo que representan en el país, lo más importante es que son gente sensible a la realidad de los niños chadianos y están interesados en hacer todo lo posible por cambiarla. Nos expresaban que el proyecto de Bayaka es único en el país y merece que se apoye el trabajo tan importante que se está haciendo.
La visita terminaba con el regalo de una de las niñas que le entregaba una “natte”,un paño circular hecho con lanas que sirve para cubrir la bandeja con la comida. La esposa del embajador expresaba su profundo agradecimiento por el detalle repitiendo muchas veces “gracias, gracias, gracias”
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