jueves, 19 de mayo de 2011

Huevos rellenos


Es domingo y la cocinera no viene hoy. Al final de la mañana, con un calor terrible nos ponemos a improvisar una comida de última hora. La mejor solución será hacer una tortilla de patatas a la que nos gustaría añadirle un buen gazpacho andaluz pero en esta ocasión no será posible.
Comer tortilla de patatas en Chad es un lujo, pues las patatas no se crían fácilmente en esta tierra y la mayor parte de ellas vienen del país vecino, Camerún. Los huevos son pequeños porque también las gallinas lo son y entre los chadianos no hay mucha cultura de comerse los huevos. De repente escuchamos un ruido extraño en la cocina, es como de un animal y lo primero que se nos ocurre pensar es en los murciélagos, pues en esta zona hay muchísimos. En Kelo por ejemplo al caer la tarde puedes ver el cielo casi negro de la cantidad de animaluchos de este tipo. El aspecto no es muy agradable, el sonido tampoco, su olor es terrible y cuando planean cerca de tu cabeza… mejor podrían escoger otros lugares. Nuestra casa tiene un tejado de uralita y una fina madera que nos hace de techo, y entre una y otra suelen habitar los murciélagos. Escuchar su sonido es desagradable, pues van a dejarnos un olor terrible, destruirán la madera del techo pero sobre todo no es muy agradable el sentimiento de tener “okupas” en tu propio casa.
El sonido que escuchamos hoy es diferente al de otras veces pero no nos detiene ni un momento, pues salimos rápido a por un palo largo y comenzamos a golpear la madera para espantar esos horribles animales. ¡Qué sorpresa! ¡Pues hoy no se asustaron ni de los golpes y así continuaron haciendo ruidos!
¡Sh, Sh, ñk,ñk!


… ni murciélagos, ni golpes en el techo para echarlos de casa, hoy hay un cambio en el menú, pues de nuestro plato de huevos han salido dos pollos. (Vuelve a leer este trozo porque te costará entenderlo) Sí, sí de nuestro plato de huevos han salido dos pollos. Es una cosa que no sueles ver en Europa, pero aquí en África con 40º de temperatura es posible que del plato de huevos salga un pollo.
La experiencia ha sido chulísima, pues eso de escuchar a estos dos pollitos y algunos de los otros huevos de piar te deja sin tortilla de patatas y sobre todo… sin muchas palabras
Tal vez pueda pasar en cualquier rincón del mundo un cosa semejante, pero desde luego con 40º dentro de casa tienes más posibilidades de que te pase en África.
Madres, os prometemos que de ahora en adelante siempre guardaremos los huevos en la nevera.
Con cariño Sergio y Pili

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