Como ya es normal en vacaciones solemos aprovechar que los niños no están en el Centro para hacer algunos trabajos que implican pintura, cemento, cola o algún material por el estilo, pues les encanta eso de meter el dedo cuando el material está todavía húmedo, llenárselo y dejarlo señalado en otro sitio donde se note. Después de ver sus pequeñas huellas de pintura verde sobre un fondo blanco, rallar con las uñas la cola aún mojada o poner el nombre en el cemento húmedo, hemos comprendido que es imposible cambiar esto o mejor dicho preferimos que sigan siendo así de divertidos pero hacer las reformas en los tiempos de vacaciones.
Durante el período de Navidad hemos aprovechado para decorar la puerta principal con el logo del Centro y plantar pequeños árboles en la ruta de entrada para que se quede más marcada. El cartel que hay en el camino también se ha pintado y ahora ya puede verse desde cierta distancia.
En el comedor, o gran sala como solemos llamarlo, las mesas ya eran insuficientes y hemos construido otras tres para los nuevos y futuros niños que llegarán al Centro.
El detalle más simbólico y especial para nosotros es la pequeña estatua de una virgen. Este regalo nos ha llegado desde Mollina en la mochila de nuestros padres. Ha sido creada por nuestro amigo Kurzt,
todo un artista que ha sabido dar forma a nuestro deseo de que esta casa siempre tenga una madre y lejos de ser una institución sea lo más parecido a un hogar. La imagen ha sido bien recibida entre la
gente del entorno, que vienen a visitarla, y entre los niños, quienes a su vuelta de vacaciones decidieron coronarla con unos trozos de alambres dorados.
Como podeis ver a estos peques no les falta al imaginación y quien somos nosotros para ponerle trabas, asi que como todo en esta casa, lleva su marca de calidad
Durante el período de Navidad hemos aprovechado para decorar la puerta principal con el logo del Centro y plantar pequeños árboles en la ruta de entrada para que se quede más marcada. El cartel que hay en el camino también se ha pintado y ahora ya puede verse desde cierta distancia.
En el comedor, o gran sala como solemos llamarlo, las mesas ya eran insuficientes y hemos construido otras tres para los nuevos y futuros niños que llegarán al Centro.
El detalle más simbólico y especial para nosotros es la pequeña estatua de una virgen. Este regalo nos ha llegado desde Mollina en la mochila de nuestros padres. Ha sido creada por nuestro amigo Kurzt,
todo un artista que ha sabido dar forma a nuestro deseo de que esta casa siempre tenga una madre y lejos de ser una institución sea lo más parecido a un hogar. La imagen ha sido bien recibida entre la
gente del entorno, que vienen a visitarla, y entre los niños, quienes a su vuelta de vacaciones decidieron coronarla con unos trozos de alambres dorados.
Como podeis ver a estos peques no les falta al imaginación y quien somos nosotros para ponerle trabas, asi que como todo en esta casa, lleva su marca de calidad