Muchos nervios, muchas emociones, mucho
trabajo, mucha gente…mucho de todo. ¡Cuánto desearíamos ser capaces de transmitiros lo apasionante ha sido esta semana en el
Centro de Bayaka!
Os resumimos cómo fue el primer día de
la experiencia. Al fin llegó el momento esperado en el que vendrían los niños.
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6:45h. DE LA MAÑANA DEL LUNES 5 DE AGOSTO.
Tememos miedo de que no vengan. Y es que
allá por el mes de abril fuimos a los colegios a contarles lo que íbamos
organizar, todos manifestaron estar muy contentos y bien enterados de
todos, pero desde entonces no hemos
tenido ocasión de vernos ya que el colegio se desmanteló en mayo y los niños viven en una zona rural
muy grande donde no es fácil encontrarse
con ellos. ¿Y si no vienen? ¿Qué haremos con Jimmy, Susana y Alberto? Y ¿la
comida comprada?, ¿el personal contratado? Uff, qué agobio. Al mismo tiempo que
esto pasaba por nuestra cabeza no podíamos dejar de organizar los últimos
detalles como preparar las clases, un temario, material para todos, horarios de
trabajo, comprar más platos, vasos y cubiertos etc.¡Cuánta responsabilidad!
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7:45 H DE LA MAÑANA DEL LUNES 5 DE AGOSTO.
Momento “0” del proyecto. Sergio y Pili sentados en el borde de la casa
comentando cómo ha ido la primera hora de la Escuela de verano. Todos los niños
de la primera escuela que vamos a acoger han venido a la hora fijada, bien
arreglados como estrenando ropa y dispuestos a ira clases. Cada uno de nosotros
tiene un rol en cuanto a la acogida. Pronto tuvieron puesta la pañoleta roja y
sentados en la “gran sala” bebieron un buen jarró de papilla de harina de mijo
rojo y corriendo se marchan a clase. Dos
grupos, cada uno de ellos con uno de los
profesores que vienen a dar clases el resto del año, Denis y Cristophe. Entre
los niños internos del Centro, un grupo está en clases con Jimmy y Susana y el
otro trabaja en el huerto con Seraphin, el monitor de agricultura. En el recreo
habrá un cambio entre los que están en el huerto y los que están en clase, que
se quedarán con Alberto. Cuatro cocineras
pilan más mijo y hacen 16 bolas diarias para la comida de la mañana y la noche.
Jacques, Calisto, Agara, Jean,Bernard y
Nadji hacen sus trabajos
habituales de dar de comer a los animales, sacarlos a pastorear, cuidar los
campos o mantener algunas instalaciones. Ruth, nuestra cocinera habitual nos
prepara la comida y Fátima, que le echa una mano en los trabajos extras del
mantenimiento de la casa.
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12:00h EL COMEDOR DEL CENTRO ESTÁ A REBOZAR DE NIÑOS que hambrientos pellizcan
las ocho bolas de la comida del medio
día.
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13:00h. el primer grupo ya se ha marchado a casa y OTROS 40 NIÑOS ENTRAN EN EL
CENTRO. Ellos serán los “pañoletas moradas”.
Junto a ellos estarán Victoir y Jonas, dos nuevos profesores que
formarán a estos chavales del turno de
tarde. Diana y Mbai, dos de los cuatro educadores estarán al cuidado de los
niños internos del Centro para lavar la ropa, barrer las clases y rellenar las
tinajas de donde se bebe el agua.
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17:00h. Los cuatro profesores hacen el balance del primer día de clase. Los
chavales externos han hechos este último
año de escolarización primaria, lo equivalente a 6º curso. De ochenta niños/as
sólo 10 leen, el resto identifican algunas vocales a duras penas, tienen dificultades
para restar y sólo multiplicarán si es por la tabla del 2. En el mes de junio hicieron una prueba oficial para obtener el título del Certificado de
Estudios Primarios y todos la aprobaron. Esto sorprende a los profesores,
quienes no se explican cómo estos niños tan grandes pueden tener un nivel escolar tan bajo. Los cuatro profesores,
en lugar de desanimarse por el inmenso trabajo a realizar en dos meses nos
expresaban al salir de clase su interés por hacer un trabajo provechoso para estos
niños y niñas que este verano visitarán nuestras clases.
- 19:30H. Al fin podemos encontrarnos con
Lorenzo, Susana, Jimmy y Alberto para cenar. Trabajadores y niños externos
están en casa y los nuestros ya se
fueron a las habitaciones, aunque aún siguen jugando y corriendo en la
oscuridad. En la cena ENCENDIMOS LA VELA QUE CAMBIA DE COLORES AL CALENTARSE, regalo
de navidad de los enganCHADos que tanto nos impulsan desde el otro lado del
estrecho y que nos recuerda a toda la gente, en especial a los niños que hacen
posible que aquí en el Chad se puedan vivir momentos así de apasionantes como
los que hemos vivido hoy.
…un poco más tarde, nos quedamos a solas dentro de la mosquitera de nuestra
cama y antes de apagar la luz compartimos
las emociones que ambos hemos tenido durante este día. En resumen, días
así de apasionantes sólo nos regeneran las fuerzas para continuar imaginando cómo
hacer especial la infancia de estos niños. Gracias desde el corazón a cuantos
vibráis con estas mismas cosas y sentís vuestra esta misión.